El rinconcito de la abuela o el aparato gastronómico
Este
artefacto doméstico aborrecido por las mujeres modernas, amado por los chef y
esclavista del personal de limpieza. No pasa inadvertido en cada hogar del
mundo. Somos conscientes que no podemos
evitar su presencia a la hora de saciar nuestro estómago. Tampoco dejamos de
negociar en el momento de recibir invitados inesperados y caer en la tentación
de llamar a un delivery amigo que nos resuelva el problema o mandar un mensaje de texto al vecino chef
para recibir el aplauso de los comensales.
En segundo
lugar nos resulta una verdadera carga en el momento de ver su rostro atacado de
manchas, gérmenes y salpicadura de alimentos que se apoderan de sus alrededores.
A su vez los mecheros cubiertos de una capa negra producida por la llama del
fósforo reclaman la mano suave de la mujer experta en limpiadores en gel que arrasan con toda clase de suciedad. La encimera
y hornillos percudidos por la oxidación exigen un tratamiento profundo.
Los botones
de mando y el horno nos llevan a fijarnos que el reloj se detuvo unos minutos
para descansar de nosotras. Siente que el correr de los años y el
funcionamiento de su servicio exige unas vacaciones merecidas.
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