lunes, 23 de noviembre de 2015

 El rinconcito de la abuela  o el aparato gastronómico
Este artefacto doméstico aborrecido por las mujeres modernas, amado por los chef y esclavista del personal de limpieza. No pasa inadvertido en cada hogar del mundo.  Somos conscientes que no podemos evitar su presencia a la hora de saciar nuestro estómago. Tampoco dejamos de negociar en el momento de recibir invitados inesperados y caer en la tentación de llamar a un delivery amigo que nos resuelva el problema  o mandar un mensaje de texto al vecino chef para recibir el aplauso de los comensales.
En segundo lugar nos resulta una verdadera carga en el momento de ver su rostro atacado de manchas, gérmenes y salpicadura de alimentos que se apoderan de sus alrededores. A su vez los mecheros cubiertos de una capa negra producida por la llama del fósforo reclaman la mano suave de la mujer experta en limpiadores en gel  que arrasan con toda clase de suciedad. La encimera y hornillos percudidos por la oxidación exigen un tratamiento profundo.

Los botones de mando y el horno nos llevan a fijarnos que el reloj se detuvo unos minutos para descansar de nosotras. Siente que el correr de los años y el funcionamiento de su servicio exige unas vacaciones merecidas.

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